sábado, 27 de marzo de 2010

Cine Clásico en La Gran Vía


Sin duda que de las muchas y variadas actividades programadas para la celebración del centenario, la proyección de películas en el cine Callao con entrada gratuita, será una de las más celebradas. El ciclo mostrará titulos de gran repercusión y que fueron estrenados en esta calle. Si quieres conocer el calendario y los títulos programados pincha en la imagen.

viernes, 26 de marzo de 2010

Tango La Menegilda / Zarzuela " La Gran Vía" / Área de Música

Y quién es la tal Menegilda os preguntaréis...
Pues es una criada (desde entonces en Madrid e incluso en otras ciudades de España se empezó a llamar "menegildas" a las criadas, abandonando el nombre más clásico de "maritornes", de origen cervantino), nos explica cómo se las ingenió para salir adelante con su escuálido sueldo de sirvienta: sisando. Y aunque acabó el ama echándola de la casa, su carrera ha continuado y no se puede quejar de su actual colocación: "… sirvo a un abuelo, que el pobre está lelo y yo soy el ama …".

Aquí podéis escuchar el tango de la Menegilda, uno de los cuadros más populares de la Zarzuela "La Gran Vía" e ir cantandolo siguiendo la letra, quien tenga un registro más grave, puede hacerlo una octava más baja.


Nº4 Tango (La Menegilda)


¡Pobre chica, la que tiene que servir!
Más valiera que se llegase a morir;
porque si es que no sabe por las mañanas brujulear,
aunque mil años viva,
su paradero es el hospital.
Cuando yo vine aquí
lo primero que al pelo aprendí,
fue a fregar, a barrer,
a guisar, a planchar y a coser;
pero viendo que estas cosas
no me hacían prosperar,
consulté con mi conciencia
y al punto me dijo "Aprende a sisar."
"Aprende a sisar, aprende a sisar."
Salí tan mañosa, que al cabo de un año
tenía seis trajes de seda y satén.
A nada que ustedes discurran un poco,
ya saben o al menos,
ya se han figurao
de dónde saldría
para ello el parné.

Yo iba sola por la mañana a comprar
y me daban seis duros para pagar:
y de sesenta reales gastaba treinta,
o un poco más,
y lo que me sobraba me lo guardaba un melitar.
Yo no sé como fue
que un domingo después de comer.
Yo no sé que pasó,
que mi ama a la calle me echó;
pero al darme el señorito
la cartilla y el parné
me decía por lo bajo:
"Te espero en tal parte tomando café."
"Tomando café, tomando café."
Después de este lance serví a un boticario,
serví a una señora que estaba muy mal;
me vine a esa casa y aquí estoy al pelo,
pues sirvo a un abuelo
que el pobre está lelo
y yo soy el ama,
y punto final.

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